Confirmada la improcedencia del despido no se puede alterar la opción empresarial por la readmisión realizada por la empresa en ejecución provisional. Nada obsta a esta afirmación que el trabajador despedido rechazara tal readmisión durante la ejecución provisional por haberse jubilado, pues en el marco de la ejecución definitiva el trabajador siempre tiene la opción de suspender el percibo de la pensión y reintegrarse al trabajo. No es incompatible el percibo de los salarios de tramitación con el cobro de la pensión, pues los salarios tienen carácter indemnizatorio y no retributivo. Sólo pueden descontarse los salarios de tramitación relativos al período de ejecución provisional en el que el trabajador decidió no reincorporarse.
Así se ha dispuesto en la Sentencia en unificación de doctrina del Tribunal Supremo de fecha 04 de marzo de 2014.
Cuando se declaró improcedente el despido en instancia y en ejecución provisional se optó por la readmisión , el sentido de esa opción no puede ser alterado (LRJS art.276, 279 y 111.2). Lo que no exime al empresario de su doble obligación de:
1. Optar (sin cambiar el signo de la elección previa) y comunicar por escrito dicha opción en el plazo de 10 días desde la firmeza de la sentencia.
2. Reincorporar al trabajador en un plazo no superior en un plazo de 3 días desde la recepción de dicha comunicación.
Firme la sentencia si la empresa no se procede a la readmisión, el trabajador puede promover incidente de no readmisión en cuyo marco se puede declarar finalmente extinguida la relación laboral y condenarse a la empresa a abonar la indemnización y los salarios de tramitación devengados con las deducciones establecidas.
La consecuencia jurídica de la no reincorporación del trabajador en ejecución provisional , porque prefirió jubilarse, sólo puede tener como consecuencia jurídica la pérdida de los salarios de tramitación. En efecto, no es lógico atribuir a la decisión de jubilarse una voluntad de extinguir una relación laboral que ya estaba rota por el despido declarado improcedente. En este caso la empresa tiene obligación de readmitir al trabajador sin perjuicio de que este formule ante la Seguridad Social la oportuna declaración con el objeto de suspender el percibo de la pensión. Se rechaza por tanto que la jubilación del trabajador despedido constituya causa de extinción del contrato de trabajo en este contexto y que sea imputable al trabajador el que no se haya podido producir su readmisión.
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