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Todas las indemnizaciones por despido tendrán que tributar, a partir de los 2.000 euros por año trabajado.
Todas las
indemnizaciones por despido tendrán que tributar, aunque se beneficiarán de un
mínimo exento de 2.000 euros por año trabajado, lo que permitirá que los
contribuyentes con sueldos de 20.000 euros o menos no tengan que pagar a
Hacienda cuando sean despedidos. En cualquier caso, el propio Montoro ha dicho
que la exención de 2.000 euros, que dejaría fuera de tributación a todos los
empleados despedidos que percibían sueldos inferiores o iguales a 20.000
euros, es sólo una propuesta "inicial" y que escucharán lo que
tengan que decir los agentes sociales al respecto. El secretario de Estado de
Hacienda, Miguel Ferre, ha indicado que, con datos de 2012, el 80% de las
indemnizaciones por despido quedarán exentas del pago del IRPF, ya que la mayor
parte de los despedidos cobran menos de 20.000 euros al año, el sueldo que se
corresponde con las indemnizaciones exentas, de acuerdo con la reforma fiscal
que prepara el Gobierno.