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La desmotivación laboral y su impacto en el balance de resultados de las compañías

La desmotivación laboral es una de las principales situaciones a las que se enfrentan las empresas, dado su fuerte impacto en el balance de resultados de las compañías, y es que la motivación se encuentra fuertemente vinculada a la productividad y creatividad laboral.

Conocer las causas que llevan a un trabajado a desmotivarse, permite anticiparse a aquello que lo provoca y prevenir a tiempo los efectos negativos.

La rutina, un proyecto con un plazo de entrega demasiado largo, las tareas repetitivas y monótonas son algunas de las situaciones que un empleado puede encontrase en su día a día. Unas circunstancias que favorecen estados de ánimo ligados a la desmotivación.

Aprender a establecer formas de trabajo que caminen de la mano de la eficiencia, la velocidad y la productividad va a permitir que la frustración y hartazgo laboral disminuya considerablemente.

Estar ocupado, que no estresado, y permanecer activo y con ganas a través de nuevos retos debe ser la meta a la que deben aspirar las empresas que buscan albergar profesionales activos e ilusionados.

Según estudios recientes son tres posibles razones las que minan la motivación laboral. 

  • Desgaste personal y profesional. Estar haciendo una misma cosa durante un largo periodo de tiempo, aunque dicha tarea mantenga al empleado permanentemente ocupado, es contraproducente para su estado de ánimo. Para evitar esta situación hay que empezar a plantearse nuevos retos y delegar actividades a otras personas que puedan, también, asumirlas como nuevas metas, alimentando así de forma recíproca el flujo de motivación en la globalidad de la plantilla.
  • Exceso de objetivos. Fijarse un objetivo es positivo, siempre y cuando sea alcanzable. Marcarse metas que no se pueden lograr, revierte en frustración y en negatividad por no hablar de que hace que los plazos se alarguen en exceso. Para evitar estas situaciones, hay que trabajar sobre plazos cortos y accesibles o buscarse apoyos externos que reactiven ese entusiasmo y permitan avanzar en el proyecto.
  • Descontrol de las emociones. Alargar las jornadas de trabajo genera un cansancio físico, mental e incluso emocional, dependiendo del ambiente laboral que se respire. Aprender a lidiar con las situaciones que provocan estados bajos de ánimo, nos va a permitir mantener un equilibrio entre los deseos y los miedos, el entusiasmo y la desmotivación.